A medida que América Latina sigue abriéndose camino en el panorama empresarial, el ascenso de las mujeres emprendedoras destaca como una fuerza dinámica que desafía las normas y reconfigura las industrias. Sin embargo, bajo las historias de éxito se esconden complejos retos y una hoja de ruta hacia la consecución de una verdadera igualdad en la esfera empresarial.
Casos de éxito
Maite Muñiz (Truora): Fundada en 2018, Truora, bajo el liderazgo de Maite Muñiz, no solo está redefiniendo, sino revolucionando la seguridad de la identidad para gigantes del sector como Rappi y Didi. Más allá de la innovación, el hábil liderazgo de Muñiz ha impulsado a Truora a recaudar millones en financiación, mostrando el potente e incomparable potencial de las startups lideradas por mujeres en América Latina.
Carolina García (Chiper): La enérgica cofundadora de Chiper, Carolina García, está remodelando y revolucionando el sector minorista a través de las conexiones digitales. Más allá del éxito empresarial, el compromiso inquebrantable de García con la diversidad dentro de su equipo desafía las normas de género, demostrando que la fuerza dinámica de las mujeres está remodelando el sector tecnológico.
Gina Gotthilf (Latitud): Creación de Gina Gotthilf, Latitud conecta a las empresas con el talento freelance, fomentando la innovación en América Latina. El compromiso inquebrantable de Gotthilf permite a las mujeres y a los grupos infrarrepresentados participar en la economía colaborativa, creando tanto éxito empresarial como una onda de impacto social positivo.
Regina Athie (sicuentame.com): Faro de esperanza, Regina Athie, cofundadora de sicuentame.com, aborda los problemas de salud mental al tiempo que genera oportunidades de empleo, especialmente cruciales durante la pandemia.
Motivaciones en medio de la adversidad
La convulsión mundial causada por la pandemia del COVID-19 se convirtió en un catalizador para la actividad empresarial, especialmente para las mujeres que se enfrentan a incertidumbres financieras. En 2021, más del 81% de las emprendedoras de seis países latinoamericanos emprendieron su viaje por falta de opciones laborales alternativas. La necesidad se convirtió en una fuerza impulsora, con una mayor tasa de emprendimiento impulsado por la necesidad para las mujeres en comparación con los hombres, especialmente en Argentina y Costa Rica.
Más allá de la necesidad, la educación sirve de motivación, ya que aproximadamente el 46% de las mujeres fundadoras de startups en Brasil tienen títulos de especialización. Esto refleja un deseo de aprovechar la experiencia y contribuir a sus respectivos campos, lo que demuestra que las mujeres no sólo reaccionan a las circunstancias, sino que participan activamente en empresas alineadas con sus conocimientos.
Desafios
1. Retos de capital:
La brecha de financiación sigue siendo un reto formidable, ya que las startups fundadas por mujeres reciben una fracción del capital que obtienen sus homólogas masculinas. Sin embargo, casos de éxito como el de Maite Muñiz y Gina Gotthilf ponen de relieve no sólo la resistencia, sino también la innovación, desafiando las normas tradicionales y allanando el camino hacia un futuro más equitativo.
2. Diversidad y concentración sectorial:
La concentración de empresarias en determinados sectores plantea retos, pero líderes como Carolina García y Regina Athie muestran el impacto diverso que las mujeres pueden tener dentro de industrias tradicionalmente dominadas por hombres, demostrando que el futuro no es solo femenino, sino brillantemente diverso.
3. Acceso a la red y visibilidad:
El informe llama la atención sobre la disparidad en el acceso a las redes, un factor crítico para asegurar el capital riesgo. Las iniciativas que fomentan la diversidad dentro de los fondos de capital riesgo pretenden salvar esta brecha, garantizando que el éxito no sea sólo una historia para algunos, sino una realidad alcanzable para todos.
4. Obstáculos legislativos:
Más allá de los retos financieros, las mujeres de América Latina se enfrentan a obstáculos legislativos. En Chile, la Ley de Matrimonio dicta que una mujer debe pedir permiso a su marido para iniciar un negocio, lo que ilustra la persistencia de barreras legales basadas en el género que exigen reforma y defensa.
5. Capacitación:
El estudio Global Entrepreneurship Monitor (GEM) subraya el impacto de la educación en el desarrollo empresarial. Capacitar a las mujeres con una formación completa en estudios de mercado y planificación empresarial puede mitigar los retos a los que se enfrentan las nuevas empresas dirigidas por mujeres, garantizando no sólo el éxito, sino el crecimiento sostenible.
6. Equilibrio:
El espíritu empresarial surge como un acto de equilibrio para las mujeres, ya que ofrece una flexibilidad inalcanzable en los empleos tradicionales de 9 a 5 horas. Los retos inherentes a compaginar las responsabilidades domésticas, el cuidado de los hijos y las aspiraciones profesionales subrayan la importancia del espíritu empresarial como opción profesional viable para las mujeres, transformando los retos en oportunidades de crecimiento.
Cifras
Las startups fundadas por mujeres recaudaron 38 millones de dólares en 2021, mientras que las empresas fundadas por hombres obtuvieron la asombrosa cifra de 13 Billones de dólares, lo que revela una importante brecha de financiación, pero también muestra el increíble potencial que espera a ser desbloqueado.
Los equipos mixtos obtuvieron tres veces menos financiación que las startups fundadas exclusivamente por hombres, lo que subraya la importancia de los equipos fundadores diversos para el éxito sostenido y señala que la colaboración no solo es beneficiosa, sino necesaria.
Los servicios financieros, el software, la agricultura y la biotecnología aparecen como los principales sectores en los que las mujeres contribuyen significativamente, no sólo remodelando sino revitalizando industrias tradicionalmente dominadas por los hombres.
En 2022, el porcentaje de mujeres que participan en actividades empresariales en fase inicial varía según los países latinoamericanos:
Colombia: 26%.
Chile: 25,2%.
Panamá: 24%.
Brasil: 17
México: 12%.
Uruguay lidera el apoyo al emprendimiento femenino, con 63,1 puntos en el Índice Mastercard de Mujeres Emprendedoras (MIWE), seguido de Chile (61,7) y Colombia (60,9). Sin embargo, la dinámica de financiación cuenta una historia opuesta, ya que las startups fundadas por mujeres en la región no recibieron ninguna inversión en 2020, mientras que las fundadas por hombres experimentaron un aumento de aproximadamente 3.830 millones de dólares.
Nicaragua, con un índice de brecha de género de 0,81 puntos, se sitúa a la cabeza en 2023, lo que pone de relieve los retos persistentes. Guatemala va a la zaga con una puntuación de 0,664, lo que indica una disparidad del 33% entre las oportunidades para hombres y mujeres en educación, salud, economía y política.
Vision de futuro
Aunque los avances son evidentes, el camino hacia la igualdad de género en el empresariado latinoamericano exige esfuerzos colectivos. Las iniciativas centradas en la educación, el desmantelamiento de las barreras legales y el fomento de la diversidad en la financiación son cruciales. Celebrar las historias de éxito es esencial, no sólo como inspiración, sino como testimonio del potencial sin explotar que espera ser explorado.
Con espíritu de colaboración, América Latina debe seguir desafiando las normas tradicionales y creando un entorno inclusivo en el que las mujeres no sólo sobrevivan, sino que prosperen.
Mientras navegamos por el complejo panorama del empresariado femenino en América Latina, estas historias de resiliencia, innovación y colaboración ofrecen no sólo un vistazo, sino una inmersión profunda en un paisaje en constante cambio.
En una región rebosante de potencial sin explotar, el viaje transformador de las mujeres emprendedoras se despliega, prometiendo un futuro en el que la diversidad no sólo se celebra, sino que forma parte integral del próspero ecosistema empresarial.
En conclusión, soplan vientos de cambio, y América Latina se encuentra en el precipicio de una era transformadora del empresariado femenino. Las estadísticas pintan un cuadro dual de progreso y desafíos, instando a las partes interesadas a unirse en la búsqueda de un panorama empresarial donde la diversidad no sólo se reconozca, sino que se adopte, asegurando que cada mujer con una visión pueda labrar su camino hacia el éxito.
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